Teoría de la Asociación Diferencial
La Teoría de la Asociación Diferencial es una teoría criminológica que sugiere que el comportamiento delictivo se aprende a través de las interacciones con otros individuos y grupos sociales. Esta teoría propone que los individuos no nacen con una tendencia a la conducta delictiva, sino que la desarrollan mediante la exposición a determinados factores sociales y ambientales.
En este artículo, exploraremos la visión general, el origen, los conceptos clave, la aplicación, las críticas y la conclusión de la Teoría de la Asociación Diferencial, y su impacto en el campo de la criminología.
Resumen
La Teoría de la Asociación Diferencial ofrece una explicación de la génesis de la conducta delictiva en los individuos. Sugiere que los actos ilícitos se adquieren a través de interacciones de figuras cercanas, como familiares y compañeros. Además, la frecuencia, duración e intensidad de estas conexiones son factores que influyen en el grado de conducta desviada.
Durante décadas, esta teoría ha atraído una atención considerable en criminología. Se ha empleado para explicar diversas prácticas ilícitas, desde pequeños hurtos hasta formas más graves de delincuencia, como el homicidio y la delincuencia organizada.
Esta teoría hace hincapié en la influencia de las relaciones e interacciones sociales en la conducta personal. Implica que las intervenciones que abordan los componentes sociales subyacentes son esenciales para prevenir y reducir la delincuencia.
En general, la Teoría de la Asociación Diferencial ofrece una perspectiva distintiva sobre cómo se desarrolla la conducta delictiva. Destaca la importancia de las asociaciones con otras personas, especialmente en las relaciones íntimas, y el papel que desempeñan en la formación de la conducta delictiva de un individuo.
Origen y Desarrollo
La teoría de la asociación tiene sus orígenes a principios del siglo XX, cuando Edwin Sutherland, criminólogo, teorizó que la conducta delictiva no es producto de una patología individual, sino de procesos de socialización. Propuso que la conducta delictiva se aprende mediante la interacción con personas que poseen valores y actitudes aberrantes. Este concepto constituyó la base de la teoría de la asociación diferencial, que postula que la conducta delictiva es el resultado del aprendizaje social.
Richard Cloward y Lloyd Ohlin contribuyeron a la evolución de la teoría, avanzando la idea de que la actividad delictiva está determinada no sólo por el contacto con los desviados, sino también por la disponibilidad de oportunidades delictivas. Esta noción, conocida como la teoría de la oportunidad de la desviación, sugiere que es más probable que las personas cometan un delito cuando tienen acceso a las redes y los recursos necesarios.
En los años 60 y 70, la teoría de la asociación diferencial sufrió considerables modificaciones, ya que los sociólogos empezaron a tener en cuenta componentes adicionales que afectaban al comportamiento delictivo. Por ejemplo, Robert L. Burgess y Ronald L. Akers desarrollaron una versión modificada que integraba el refuerzo. Sostenían que los individuos eran más propensos a incurrir en conductas delictivas si eran recompensados por sus actos. Esta versión revisada de la teoría se denominó teoría del aprendizaje social de la desviación.
A pesar de las críticas por su falta de pruebas empíricas y la exclusión del papel de la voluntad individual en la conducta delictiva, la teoría de la asociación diferencial sigue siendo un marco importante para la criminología y la sociología, aplicable a una amplia gama de conductas desviadas, desde el consumo de drogas hasta los delitos de cuello blanco.
Puntos a tener presentes
En la Teoría de la Asociación Diferencial podemos distinguir cinco puntos (SOLIS ESPINOZA, Alejandro. “Criminología. Panorama contemporáneo”. 3ra. ed., Intercopy, Lima, Pág. 291)
- El proceso de imitación en la conducta criminal, es idéntica a otros procesos de imitaciones convencionales.
- La conducta criminal aprendida se adquiere por el proceso de comunicación y asociación con personas que cometen delitos, en cambio, el proceso de aprendizaje social convencional se aprende de aquellos que se adecuan a la sociedad.
- Las conductas criminales se aprenden dentro del grupo criminal, y no por medios impersonales.
- La probabilidad que alguien participe en una conducta criminal se relaciona con la frecuencia y la constancia que este se relacione con las personas con conductas criminales.
- Desde que hay una conducta convencional y otra criminal, el conflicto cultura es la causa en la asociación diferencial y en la conducta criminal sistemática.
Conceptos clave
La teoría de la asociación diferencial postula que la conducta delictiva se adquiere a través de los contactos sociales. Esta idea de afiliación es fundamental para comprender el concepto, ya que destaca la importancia de los individuos con los que uno se asocia.
Además, la teoría subraya que la actividad delictiva es una respuesta aprendida. No es algo innato en los individuos, sino algo que absorben a través de sus interacciones con otras personas. Este proceso de instrucción es continuo y puede tener lugar en cualquier etapa de la vida de una persona.
A pesar de las críticas por su falta de pruebas empíricas y la exclusión del papel de la voluntad individual en la conducta delictiva, la teoría de la asociación diferencial sigue siendo un marco importante para la criminología y la sociología, aplicable a una amplia gama de conductas desviadas, desde el consumo de drogas hasta los delitos de cuello blanco.
Frecuencia, Intensidad y Duración
- La frecuencia de contacto con quienes participan en actividades ilegales.
- La intensidad de esas asociaciones.
- La duración del tiempo dedicado a relacionarse con individuos delincuentes.
Todos estos elementos son decisivos en el proceso de aprendizaje, ya que un contacto más frecuente y una mayor duración aumentan la probabilidad de adopción de ese comportamiento.
Por último, la Teoría de la Asociación Diferencial implica que el contenido o tipo de conducta delictiva es esencial. Es más probable que la gente adopte prácticas delictivas si se presentan como válidas o se defienden de algún modo. Por ejemplo, si alguien está rodeado de personas que llevan a cabo actos delictivos, pero considera que sus acciones son razonables de algún modo, es más probable que asuma dichas conductas delictivas.
Aplicación
La Teoría de la Asociación Diferencial puede utilizarse para comprender mejor y reducir el comportamiento ilícito. Para ello, es esencial identificar los valores y actitudes asociados a la delincuencia. Al reconocer estos valores y actitudes, pueden crearse intervenciones para modificarlos en las personas propensas a la actividad delictiva.
Además, deben explorarse los elementos sociales y culturales que conducen al comportamiento delictivo. Esto incluye examinar las normas y valores de las comunidades en las que viven los individuos, así como la influencia de conocidos y familiares. Comprendiendo estos aspectos, pueden desarrollarse intervenciones para abordar las causas fundamentales de las acciones delictivas y fomentar valores sociales positivos.
Por último, la Teoría de la Asociación Diferencial puede aplicarse en el sistema de justicia penal para fundamentar las sentencias y los esfuerzos de rehabilitación. Mediante la comprensión de los factores que contribuyen a la actividad ilegal, los jueces y los agentes de libertad condicional pueden diseñar intervenciones y programas de rehabilitación dirigidos a las causas subyacentes del comportamiento delictivo. Esto puede dar lugar a una rehabilitación más productiva y a un descenso de las tasas de reincidencia.
Críticas
Abundan las críticas a la Teoría de la Asociación Diferencial, sobre todo en lo que respecta a su falta de consideración del papel que desempeña la agencia individual en el aprendizaje de la conducta delictiva. Este punto de vista se considera excesivamente simplista, ya que reduce la complejidad de la toma de decisiones humanas.
Otro problema reside en su suposición de que cualquier exposición a una actividad ilegal, independientemente de su frecuencia o duración, provocará una conducta ilegal. Esto pasa por alto el hecho de que algunas personas pueden estar expuestas a este tipo de conductas sin adoptarlas nunca.
- El hecho de que la teoría se centre únicamente en la explicación de la conducta delictiva individual hace caso omiso de factores sociales y económicos más amplios que pueden afectar a la probabilidad de incurrir en una conducta delictiva.
- Los críticos señalan la simplificación excesiva del papel de la influencia de los iguales en el aprendizaje de la conducta delictiva.
- También se señala la omisión del papel de la familia y otras instituciones sociales en la formación de la conducta de un individuo, así como la posibilidad de que los individuos busquen activamente a compañeros con conductas delictivas.
Por último, la teoría no tiene en cuenta la frecuencia y la duración de la exposición al comportamiento delictivo a la hora de determinar la probabilidad de que un individuo participe en dicha actividad.
Conclusión
En conclusión, la Teoría de la Asociación Diferencial ha sido un marco influyente en el estudio de la criminología y la sociología. Su aplicación ha arrojado luz sobre la importancia de la socialización y el papel de las relaciones interpersonales en el proceso de aprendizaje de la conducta desviada. A pesar de sus críticas, la teoría sigue siendo relevante y ha abierto la puerta a una mayor exploración de cómo los individuos aprenden y perpetúan la actividad delictiva. La Teoría de la Asociación Diferencial sirve como recordatorio de que nuestro entorno y las personas de las que nos rodeamos desempeñan un papel significativo en la configuración de nuestro proceso de aprendizaje, y subraya la importancia de una socialización positiva en la promoción de comportamientos y actitudes saludables.
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